Miguel Zuñiga Juárez
Análisis del Acontecer
Desde los 18 años de edad Samuel Gurrión, ha emprendido una trayectoria empresarial llena de éxitos y también de amargas y educativas experiencias; que iniciaron cuando a esa temprana edad, tuvo el sueño de convertirse en alguien importante para Oaxaca, para lo cual, se formó en primer momento como abogado por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Nació en el seno de una familia sencilla, como tantas de la provincia oaxaqueña. De padres cristianos que se repartían el trabajo de ayudar a los demás en las comunidades a las que llegaban y conseguir el sustento diario para la familia, este hombre supo desde joven que para salir adelante tenía que emprender. Y emprendió.
Hace unos años, tuvo una nueva disyuntiva ¿Por qué entrar en el mundo de la política, cuando la construcción de las propias empresas es por fin sólida y redituable? Samuel Gurrión lo tuvo claro desde que tocaron su puerta con la propuesta de competir en las elecciones por un puesto como Diputado Federal.
“Hice un alto en mi vida empresarial, y desde que me invitaron a participar en política decidí que era importante aportarle algo a mi estado. Yo me había dedicado al sector empresarial, dejando un poco de lado el tema social, más allá del bienestar de mis colaboradores, no obstante haber crecido y formado en un estado tan pobre como Oaxaca”, confiesa.
“Tomé la decisión con el ideal que surgió en mi vida de niño y que se enriqueció con mi gran experiencia como empresario de Oaxaca, quise y quiero algo distinto para todos esos niños que han vivido por décadas en la pobreza; y también, para toda la clase política de Oaxaca, sobre cómo deberían ser las cosas”, agregó.
Porque en esto Gurrión es firme: Los políticos de Oaxaca tienen aún mucho que aprender. “La clase política vive muy cómoda y no tiene ningún interés en solucionar la pobreza. Los políticos de mi estado, sólo llegan al poder para su beneficio personal y hacen mucho pero para ellos, no para un pueblo tan pobre como lo es Oaxaca”.